PokemónGo está tomando el control de la sociedad…y probablemente estemos subestimando este fenómeno. Cada día vemos fotos y videos virales de personas tratando de atrapar a todos los – Pokemones (criaturas virtuales con nombres exóticos).
PokemónGo está tomando el control de la sociedad…y probablemente estemos subestimando este fenómeno.
Cada día vemos fotos y videos virales de personas tratando de atrapar a todos los – Pokemones (criaturas virtuales con nombres exóticos). Esta aplicación es tan masiva que ha superado a la cantidad de usuarios de Twitter en los Estados Unidos de América, según este artículo del The Guardian. También ha causado una estampida hacia Central Park, en Nueva York, pues la masa de gente corría para “atrapar” al raro Pokemón conocido como Vaporeon.
Para los que no saben, PokemónGo es un juego de realidad aumentada en el cual los usuarios tratan de “atrapar” Pokemones en las calles con sus teléfonos inteligentes. Esta aplicación aprovecha las funciones de ubicación del teléfono inteligente para proyectar Pokemones en el patio, en la oficina o en la ruta diaria al trabajo.
Claramente la locura por PokemónGo recién empieza, ya que el lanzamiento oficial es relativamente reciente en la mayoría de países latinoamericanos. A pesar de que no tiene presencia global todavía, los servidores de Niantic – los creadores de PokemónGo – ya sufren las consecuencias de la demanda masiva del juego interactivo. Ya se reporta caídas de los servidores, hackeos y otras alteraciones. Estos causan la ira de los usuarios de PokemónGo, quienes descargan su frustración en la internet. Pero esa no es la única preocupación. Los informes de hackeos han sacado a la luz los asuntos de privacidad de la aplicación relacionados con el “geotagging” para ayudar a los usuarios a encontrar los Pokemones.
Según este artículo del Datacenter Dynamics, es muy probable que los servidores de PokemónGo estén alojados en la Plataforma en la Nube, lo cual no permite manejar una gran cantidad de usuarios y produce interrupciones del servicio. Aunque todo esto es especulación por el momento, es claro que el fenómeno de PokemónGo subraya la creciente importancia de la computación en el extremo de la red y su rol crítico para mantener la disponibilidad y la seguridad conforme los juegos de realidad aumentada se consolidan.
En el caso de PokemónGo, la aplicación recolecta una cantidad significativa de datos: ubicación, movimiento del jugador y la conectividad de internet. Además, se sincroniza con la cuenta de Google, lo cual significa que tiene acceso a los datos en Google. Eso es una gran cantidad de información que se obtiene y procesa en los servidores del juego. Asimismo, esta aprovecha las capacidades del teléfono inteligente, como la cámara y la ubicación.
Este es el escenario perfecto en el cual la computación en el extremo de la red se vuelve crítica. De hecho, esta facilita el Internet de las Cosas ya que respalda la noción de estar conectado con todo: como en el caso de PokemónGo. Al alejarse de los centros de datos principales, en el extremo de la red se reduce la latencia y se mejora el rendimiento general, lo cual mejora significativamente la oferta de los servicios digitales. Al optimizar los centros de datos en el extremo de la red, las aplicaciones como PokemónGo puede reducir las caídas de los servidores y los usuarios pueden disfrutar de la cacería de los Pokemones sin dificultades.
Aun así, muchas organizaciones todavía están luchando con la idea de la computación en el extremo de la red. ¿Deberían invertir en centros de datos en el extremo de la red? ¿Qué infraestructura deben implementar?
El punto de inicio para cualquier estrategia en el extremo de la red debe involucrar un entendimiento de lo que su negocio necesita ofrecer a sus clientes y, por consiguiente, cuáles capacidades se requieren en TI. Una fuerte estrategia en el extremo de la red le dará a las organizaciones una ventaja crítica. En el caso de PokemónGo, esperemos que esto solucione sus problemas con los servidores y la privacidad al mismo tiempo que atiende a una audiencia global.
